Altea viene del griego Altahia que significa “yo curo”. Marcada por el paso de muchas civilizaciones como los íberos, griegos, fenicios y romanos entre otros, Altea es un pueblo con influencia de todos ellos, pero con una impronta única.
Conocida como la Cúpula del Mediterráneo, ha ganado el nombre por varias razones: desde sus playas de aguas limpias, a sus típicas calles empedradas del casco antiguo, Altea tiene rincones especiales allá donde mires. Además, es uno de los puntos culturales más importantes del levante español, y cuenta con el Palau de Altea, la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández de Alicante, el Conservatorio de Música, El Centro Cultural de Altea la Vella y el Museo Étnico de Música.
Un pueblo sumamente fotográfico, en el que destacan sus construcciones blancas con detalles en azul, vistas desde miradores a sus increíbles playas de mar turquesa, calles empedradas, balcones repletos de flores o de hermosos detalles y tiendas y galerías de ambiente bohemio para perderse en ellas por horas. Su gastronomía mediterránea y de montaña también es un punto fuere, no solo por su calidad sino por el hecho de que se puede cenar más tranquilamente que en otras poblaciones costeras, incluso en pleno verano.
Altea es un lugar para todos con cientos de planes para hacer: conciertos, artesanía, actividades náuticas, rincones donde perderse y tranquilidad infinita. Un pueblo para desconectar y para curar el alma.